Eugenio García. - View my most interesting photos on Flickriver

24.8.10

Pre-encuadres

No sé otros fotógrafos, pero yo trato de entrenar mi ojo para componer la imagen aún antes de mirar por el visor, trazando un encuadre mental dentro de un ángulo semejante al de la focal que utilizo. Esto me es especialmente útil para hacer foto callejera por dos razones: primero porque a menudo me ahorra instantes preciosos en lo que a rapidez de composición se refiere (algo generalmente muy importante en ese género de fotografía); y segundo porque me permite ser mucho más discreto, ya que habiendo compuesto de previo la imagen en mi cabeza y llegado el momento decisivo, sencillamente levanto la cámara, verifico rápidamente el encuadre (a veces ni eso) y hago el disparo. De ese modo muchas veces la gente que fotografío ni siquiera se entera, aunque estén muy cerca. En concomitancia con esta forma de trabajar, el uso de un objetivo de 50mm se revela sumamente ventajoso porque durante la fase de lo que podríamos llamar “pre-encuadre mental”, el ojo recorre más rápidamente el área que tendrá la imagen proyectada y por eso hay también mayor control de sus elementos. Esto es especialmente cierto comparado con las focales más cortas, donde el ojo tiene que hacer un recorrido orbital más amplio para controlar dichos elementos. Por esa razón pienso que se compone con mayor agilidad y precisión una imagen con una focal de 50mm y por ello también es mi preferida para los disparos callejeros. Además, con visores ópticos convencionales que reducen la escala de la imagen, el 50mm hace que ésta tenga una presencia o cercanía que no tiene la que se origina en el uso de focales más cortas, con lo cual es igualmente más fácil controlar sus elementos, sobre todo ciertos detalles en los márgenes. Y si se tiene la posibilidad de poder trabajar con un visor de relación 1:1 (como el que se encuentra en ciertas cámaras telemétricas), ni siquiera hay necesidad de cerrar un ojo para concentrarse más en lo que se va a encuadrar, porque la escala es igual que en la realidad. Esto conlleva la gran ventaja de que se pueden controlar aún mejor eventuales elementos perturbadores en los bordes del cuadro, o también anticipar ciertas entradas en el campo de la imagen.

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