Oscuridad
Naces pero eres el origen, la llama ciega que desde siempre palpitó.
Eres la verdad primera y última, el grado 0 de cuanto existe.
Por eso te tememos y poblamos tus dominios de infernales criaturas
y hacemos estallar la efervescencia de la luz en tus entrañas
En tiempos antiguos,
solo la lanza del fuego penetraba tus densidades
Ese fuego venía del sol por supuesto,
pero también de la traza contundente de un bólido
A veces los marinos lo veían en sus mástiles
Otras veces algunos incautos vieron su lumbre escapar de los sepulcros
y lo llamaron fuego fatuo.
o del de una luciérnaga en noches de primavera.
En nuestros mitos Prometeo robo el fuego a los dioses
Siempre los hombres consideraron que les eras nociva
Claro, eras la muerte misma y reinabas en el ataúd sellado.
Así, todo lo nefasto fue señalado con tu color
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