Instrucciones para disfrutar mi calma
A veces mi calma
es una daga que yace en silencio
con su hoja afilada y al rojo vivo.
No la toques
porque podría herirte.
Usa más bien su mango
para lanzarla con fuerza
confiando en tu instinto.
La oirás entonces sibilante
al hender el aire
y penetrar los muros.
4 comentarios:
y a él qué le sucede cuando lanzan esa daga?
muy loca esa imagen de la calma como daga...este me gustó...es violento pero no.
Mmm, seguro se mella... jaja.
Abrazos.
de las aguas mansas librame dios...
saludos!
pensé poner esa frase como epígrafe... pero luego decidí que no... jeje.
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