5.10.12
25.9.12
Masificación
11.9.12
Límites a la democratización
6.9.12
El clavo
3.9.12
Cacareos
Más allá de eso lo que hay son buenos, regulares y malos fotógrafos que hacen una fotografía más o menos artística. Lo que cuestiono es que ésta sea practicada exclusivamente por los que se hacen llamar artistas y no simplemente fotógrafos, porque al establecer esa jeraquía antojadiza colateralmente descendemos un paso aún más abajo en el desprestigio de una actividad que desde hace tiempo ha entrado en crisis y pasado a menos. Apelar al trabajo y currículo de “artistas” que utilizan (a veces muy mal) la fotografía como un medio entre otros, no me parece la vía principal para dignificarla; lo mismo aplica cuando se pretende brindarle legitimidad invocando modas y prácticas nacidas fuera de su seno, tales como el llamado “arte conceptual”. Somos los propios fotógrafos los que debemos luchar por darnos nuestro espacio y esto a partir del respaldo que suponen nuestras obras y la historia de nuestra práctica, las únicas cosas que en realidad cuentan a ese respecto.
31.8.12
Sentido
21.8.12
Aprecio
19.8.12
Duelo
21.7.12
Retaguardia
17.7.12
Asistencia
Por otra parte creo que en éste tiempo me he dado cuenta de que la fotografía digital me ha terminado de aburrir. Hace poco hice un viaje a Limón y me llevé cuatro cámaras: dos de 35 milímetros (para trabajar en blanco y negro y en color), una de medio formato (6X6) y la digital con cuatro lentes. Resulta sintomático que en esos días no haya hecho ni una sola foto digital, lo cual es la primera vez que me ocurre. Sencillamente no me dieron ganas de tocar esa última cámara de solo pensar en lo simplón que me resulta (al menos para el tipo de fotografía que estaba haciendo en esa ocasión). Es que todo es.... "tan asistido" con una cámara digital. Puede que los resultados en sí sean interesantes, no digo que no, pero no es ese el punto. Lo que ocurre es que el proceso de hacer la fotografía, el que vivo como fotógrafo, se me queda completamente corto y me parece soso.
14.4.12
11.4.12
Cuestión de gustos
10.4.12
Soledad, lujuria y silencio
4.4.12
Problemas
3.4.12
Hartos del arte
14.2.12
El poder de la fragilidad

Siempre me he preguntado sobre esos fotógrafos que parecen sentirse “poderosos” (así lo he oído de algunos) porque usan los últimos maquinones de ciertas marcas muy conocidas como Canon o Nikon. Cuando los veo pasearse por nuestras calles con un lente 200mm y hacer retratos de personas que se encuentra a 50 metros no puedo evitar sentir cierta tristeza e incomodidad.
Yo no aspiro a sentirme poderoso con una cámara en la mano, de hecho es más bien a todo lo contrario… Busco sentirme frágil o más bien sentir que la foto que hago es lo más frágil y delicado del mundo. Si la cámara me ayuda a eso mejor entonces.
10.2.12
Audiencia
3.2.12
Contextualización
24.1.12
Barbarie
20.1.12
Acrónimos
19.1.12
Fijación
13.1.12
Historias y cuentos
Otro cuento es que la foto sugiera una historia, la cual cada quien puede recrear en su cabeza ayudado en parte por la riqueza semántica de la imagen y en parte por la propia imaginación.
7.1.12
Estudio
Para el fotógrafo la calle es un maravilloso estudio con infinidad de decorados, de personajes, de situaciones, de luces, de texturas y posibilidades de composición. Es, además, el más democrático pero también el más exigente con el fotógrafo. Para aquel que no cuente con un espacio para experimentar y colocar lámparas y sombrillas, ni con modelos apropiados, la calle es un sitio ideal para ensayar la fotografía de un modo no menos creativo, aunque muy diferente. Pero también es cierto que para otros ese lugar puede convertirse en un espacio terrorífico donde no encontrarán ninguna inspiración y que inevitablemente los paralizará. Es interesante preguntarse de dónde viene por un lado esa fobia y también de dónde, en otros (entre los que me incluyo), el interés por hacer foto callejera.
4.1.12
Exigencia
No tengo la pretensión de la foto técnicamente perfecta y ni siquiera de la foto bella. Esas se las dejo a los maniacos de la estética, a los glotones del perfeccionismo y a los cuenta-píxeles digitales para que se las repartan en partes alícuotas. A mí me interesa mucho más la foto como poesía de lo vivo y lo urgente, es ahí donde encuentro una forma de belleza quizás no tan atractiva y complaciente, pero mucho más profunda y exigente.